Antropología del consumo. Parte I: Mary Douglas

Tomado de etnografiavirtual.com

Lo que actualmente se conoce como “antropología del consumo” es una sub-disciplina del campo de la antropología económica, la cual se remonta hasta el texto de BronislawMalinowski Los argonautas del Pacífico Occidental publicado en 1922, con este texto comenzó una larga tradición antropológica en investigar los mecanismos de intercambio en y entre las sociedades tribales y eventualmente en sociedades complejas. Como tal, la antropología del consumo tiene fecha de nacimiento, es el libro de la antropóloga inglesa de corte estructuralista, Mary Douglas, y del economista Baron Isherwood, El mundo de los bienes. Hacia una antropología del consumo, publicado en 1979[1].

En El mundo de los bienes, Douglas & Isherwood mantienen y llevan más lejos la premisa establecida originalmente por Malinowski, a saber, que las sociedades funcionan a partir del intercambio. En el estudio de Malinowski, esta particularidad cultural se refleja a través de un intercambio ritual entre los jefes de las tribus que consistía en el intercambio y la circulación de collares y brazaletes sagrados, tal intercambio representaba a largo plazo el mantenimiento, reconocimiento e integración de un complejo cultural de diferentes islas que compartían un sistema de retroalimentación social y económica.

En las sociedades industriales del S.XX ese mecanismo de intercambio se había concretizado e institucionalizado a través de la economía de mercado y el dinero. Douglas & Isherwood arremeten, en El mundo de los bienes, contra las teorías economicistas, las cuales en su afán de explicar la necesidad que tienen las personas en un sistema capitalista para consumir mercancías, se cerraron a la acción utilitarista y a la filosofía de la maximización de los recursos, lo que históricamente se ha llamado el homo economicus, es decir, a través de acciones racionales y calculadas para obtener el mejor y mayor beneficio.

La premisa central que mueve la disertación de los autores de El mundo de los bienes, es que los fenómenos de consumo hacen visibles ciertas categorías culturales, y que el consumo no es solamente un intercambio económico, sino, y ante todo, un intercambio cultural y simbólico, aún en una economía pecuniaria. El acto de consumir determinadas mercancías refleja un interés, implícito, por emitir significados socialmente relevantes, las mercancías son objetos portadores de significados reforzados con los rituales de consumo.

Si las mercancías son socialmente significativas, y su utilidad no se limita a garantizar la sola sobrevivencia, entonces las mercancías sirven para pensar, esta se podría decir es la tesis en El mundo de los bienes. Cuando estos autores dicen que las mercancías sirven para pensar se refieren a la serie de cálculos, consideraciones, mensajes y repercusiones que tiene el hecho de mostrar una mercancía a la sociedad. Así entendido, el consumo, se estructura a través de las mercancías y la sociedad, como un sistema de información, y el principal objetivo del consumidor consiste en ganar más control o conservar el que ya tiene, sobre las fuentes de información.

En particular, las mercancías u objetos de lujo, cuyas cualidades simbólicas son complejas y multi-semánticas, resultan mecanismos de exclusión social, pero al mismo tiempo de información, ya que, al igual que en un sistema estructural, las mercancías de lujo funcionan dentro de un sistema cerrado al cual solo se tiene acceso a través de los canales correctos, acceder a estos canales significa mejor información y más poder, en todos los sentidos.

Más allá de las críticas, que con la ventaja del tiempo, se le pudieran hacer al texto de Douglas & Isherwood, merece el reconocimiento de inaugurar una línea de investigación que actualmente se ha tornado más pertinente y necesaria que nunca. El mundo de los bienes ayudó a percibir de forma diferente el fenómeno del consumo en la actualidad, más allá de la visión plana y estrecha de la economía clásica, nos recordó que los actos humanos son eminentemente simbólicos, aún aquellos que parecen llevar el velo del utilitarismo, actualmente en plena era digital y del internet vivimos en un mundo dominado por el consumo ¿qué tipo de información está circulando con él?

[1] Paralelamente Pierre Bourdieu, desde la sociología francesa, publicaba en ese mismo año uno de los textos más influyentes sobre el campo de la antropología del consumo, La distinción. Criterio y bases sociales del gusto. Actualmente permanece como una referencia obligada dentro de la bibliografía sobre el tema.